1 de abril de 2014: Praia
Tras salir del descampado, damos un par de tumbos por varias calles sin ningún tipo de intuición sobre en que dirección puede estar el centro ni nuestro hotel, no se ven grandes calles o zonas asfaltadas, ninguna referencia a algo que pueda indicar lo que buscamos. No tenemos plano, así que sólo contamos con la dirección del hotel: avenida Cidade de Lisboa. Finalmente preguntamos a una policía y nos explica pero no entendemos gran cosa, parece que está cerca pero hay que dar algunas vueltas, hace calor y vamos con el peso de la mochila. Nos aconseja coger un taxi, ella misma habla con el taxista, le explica donde vamos y el precio. 100 escudos. Nos parece bien. Queremos llegar ya al hotel y dejar la mochila, darnos una ducha y descansar un rato.
Con el taxi , en unos minutos estamos ubicados, realmente el hotel estaba allí mismo. Pagamos los 100 escudos (que en principio pensaba que , al cambio, eran 10 euros para luego ver que en realidad era uno).
La habitación es estupenda, amplia, se ve limpia y el baño cómodo. Hay aire acondicionado. Y varios mosquitos chafados a zapatazos en las paredes. Se ve que no se molestan mucho en pintar.
Descargamos equipaje, ducha, comemos los bocadillos que llevamos y echamos una pequeña pero reparadora siesta.
La vista desde el hotel |
Tras el merecido descanso, vamos a conocer y familiarizarnos un poco mejor con la ciudad.
Son sobre las 4 de la tarde cuando salimos. Vamos sin rumbo fijo, subimos por unas calles y nos vamos fijando en las casas , la gente, hay algunos animales por las calles (perros, cabras)... Parece como si la ciudad estuviese a medio hacer: calles sin asfaltar, las casas son de cemento o ladrillos pero sin pintar ni revestir estéticamente. Las personas venden en la calle cualquier cosa: tienen una sábana o un trapo al suelo y exponen su mercancia: fruta, ropa, calzado.... parece que todo vale, sin reglas. Vemos a las mujeres negras con los cubos en la cabeza, esa imagen tan típica.
Subimos por una de las calles y desde allí divisamos la playa, entonces cambiamos de dirección y nos dirigimos a ver el océano y el barrio de Prainha que está por la zona.
Pero antes de bajar hasta la playa , vamos por otra calle y en una terraza nos tomamos nuestra primera cerveza.
La playa no es una maravilla. Como decían en la guía: no se sabe si lo que hay es arena oscura o restos de basura o una mezcla de todo. |
Vamos hacia el faro dando un paseo. La zona del faro es bonita y hay alguna buena vista que aprovechamos para fotografiar. El farero nos muestra el faro y subimos hasta arriba. Nos explica algunos datos y nos cobra 100 escudos a cada uno.
Tras el paseo y la visita por el faro, vamos hasta la zona de Plateau. Damos una pequeña vuelta, compramos algo para cenar en un supermercado y así vamos pronto al hotel. Ha sido un día agotador y lo que queremos es dormir.
Mañana más.